La presidenta del PP de Extremadura ha mantenido esta mañana un encuentro con diferentes representantes del sector del turismo en nuestra región, que han sido uno de los grandes sectores afectados por el COVID, y es necesario hacer balance junto a los protagonistas de este sector, escucharlos y buscar soluciones.


María Guardiola lamenta que el turismo ha sido derribado por la pandemia y su reconstrucción está siendo muy compleja tras la pandemia, y somos conscientes que se han perdido muchos negocios, muchos trabajos y muchas expectativas.

Queremos saber qué está fallando ahora, porque no crecemos tras la pandemia, porque está costando tanto hacer renacer un sector que es fundamental para Extremadura.

Ha habido un periodo de abandono y falta de escucha que deberíamos haber aprovechado para sentar las bases de la recuperación y del futuro, junto con una ínfima ejecución presupuestaria por culpa de la mala gestión de la Junta de Extremadura.

María Guardiola denuncia que no ha habido un plan ambicioso ni una estrategia común, fruto del consenso con asociaciones y agentes del turismo, sólo una patada hacia delante y la inercia habitual de Vara. «Los problemas no se solucionan, los problemas desaparecen», debería ser su lema y no eso de «Ambición», que no se cree nadie en su partido.

Un sector que además ha visto agravada su situación con la brutal subida en los costes de luz y de gas, más la asfixia fiscal de pymes y autónomos y una elevada burocracia en trámites con la administración. Esa es la realidad del sector turístico ahora mismo. Hostigamiento, cerrazón y trabas.

La presidenta de los Populares afirma que el gobierno del Vara no ha sabido solucionar en años los problemas que arrastramos con el mal estado o la falta de infraestructuras como el tren, las carreteras, aeropuerto, etc.

Los turistas internacionales saben que aquí hay un tesoro patrimonial y un paraíso geográfico, pero no les sale a cuenta venir. Es una aventura. Hay que sumarle además las malas comunicaciones de la red telefónica y las conexiones en zonas rurales. Los turistas vienen a desconectar, pero no a estar incomunicados.

Extremadura tiene que competir turísticamente con destinos como Andalucía o Castilla y León, pero mientras ellos ponen en valor su patrimonio y exigen mejores comunicaciones y nosotros no.

Además, este sector está sufriendo una falta de personal cualificado en el sector turístico extremeño. Seguimos esperando el plan de formación anunciado por la Junta. El turismo es motor económico de esta tierra y una vía de inserción laboral que debe ser tomada en consideración.

Vienen tiempos complejos y el turismo volverá a ser golpeado. Si a la gente le cuesta llenar la cesta de la compra, imaginad plantearse unas vacaciones. Se avecina un nuevo colapso en Extremadura y lo volverán a pagar las familias que viven del sector. Tenemos que estar preparados y proponer medidas que inciten al turismo y que alivien la situación de colectivos como el de los hosteleros y los hoteleros.

De nuevo, Extremadura en el vagón de cola de la inversión. El gobierno no tiene un plan, no tiene entusiasmo, no tiene pulso y todo está parado en esta comunidad, mientras el turismo se enfrenta a una nueva crisis, y el gobierno de Vara no potencia la cultura, no potencia nuestros destinos, no potencia nuestras comunicaciones, y no facilita ni reclama la inversión que necesitamos.




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