OPINIÓN


Juan Carlos López Duque

                                 Periodista


Sin duda alguna, los extremeños estábamos ansiosos de que nos llegara el tren, llego, pero no convenció, la esperada apertura de la línea Plasencia-Badajoz, pues no era tal. La ministra del ramo llegó a Plasencia, a la remodelada Estación, rodeada de todo un boato de alcaldes, consejeros, directores generales, diputados y diputadas, y todo bicho viviente que quería estar en la foto. Pero salió el Tren y nunca más volvió, pero se le espera, todos sabíamos que la centenaria Estación placentina era una Estación de fondo de saco y si se tenía que entrar en Plasencia no se ganarían minutos para llegar de Badajoz a Madrid.

Lo extraño es que las autoridades placentinas se hicieran la foto ese día y no dijeran nada de nada, sabían que Plasencia había renunciado a una Estación nueva en Fuentidueñas, con una inversión de más de 21 Millones de euros, para cambiarlo por una remodelación de la antigua Estación realizada con una ínfima parte del presupuesto anterior, la ministra Pastor se froto las manos y los placentinos se quedaron compuestos y sin nueva Estación.

Hasta ahí todo bien para algunos, pero siguieron metiendo la gamba, anunciando a bombo y platillo la inauguración del AVE, cuando se dan cuenta, cambian la invitación y viene a inaugurarlo nada más y nada menos que el Rey y el presidente del Gobierno y otra vez toda la retahíla de antes, pero ya no van a Plasencia, a Plasencia ya la habían apaleado una semana antes, pero le llegan las compensaciones, otra estación y cuando haya más frecuencias alguno entrará en Plasencia, con esto todo el mundo contento. Visto lo visto todo bien.

Y por fin llegó el tren y con él una primera semana desastrosa: llegaron los retrasos, las averías y los desalientos. Los extremeños veían que esto iba a ser igual que lo anterior: un tren de mierda como los que ya teníamos y hete aquí que lo van arreglando poco a poco y parece que la cosa funciona, pero no hay más que una. Sale por la mañana de Badajoz y regresa por la tarde, pero todo el mundo mira al Alvia, parece que solo tenemos este tren. Nos olvidamos de las otras líneas, las convencionales, que vertebran de alguna manera nuestra región; de esas nos olvidamos y solo nos preocupa el recién inaugurado.

El Alvia no nos deja ver el bosque, no nos deja ver que no tenemos ni un solo metro de línea electrizada, no nos deja ver que la línea termina en Monfragüe y no sigue hasta Madrid; y no nos deja ver que para ir a Huelva tenemos que planificar una verdadera yincana, no nos deja ver que la línea que nos lleva a Ciudad Real, esta vieja y obsoleta, no nos deja ver que Valencia de Alcántara tiene ren y que hasta hace nada era nuestra línea internacional con el Lusitania Expreso, no nos deja ver que entre todos la mataron a la línea de la Ruta de la Plata, que era el gran eje del oeste español no nos deja ver que los trenes convencionales, se paran, se averían casi a diario, que cuando no falta el aire acondicionado, falta la calefacción, cuando no los servicios no funcionan o las máquinas de agua esta solo para verlas, los extremeños se cansan, han sido años y años de promesas por parte de los políticos de uno y otro signo que si las pusieras en fila estas promesas llegaríamos a Irún.

Y ahora más promesas y más árboles que nos dejen ver el bosque. Estación en el recorrido para Plasencia, electrificación de la línea convencional desde Monfragüe hasta Madrid y de nuevo a esperar, esto lo harán, estamos a ocho meses de las elecciones y hay que cumplir, pero los extremeños seguiremos sin ver el bosque, el Alvia no nos lo dejará ver y tendremos que seguir pidiendo exigiendo y si hace falta hasta suplicando que nos den un tren digno, que es lo que pedimos.



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